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Programa de eutanasia de Hitler para personas con discapacidad |
Pero claro, mandaron a otros a la cámara de gas. Si se hubieran negado, habrían sido sometidos a la cárcel o algo peor, y su familia habría sufrido las consecuencias. Además, habrían contratado a otros médicos, muy probablemente con menos miramientos, que habrían matado a más pacientes.
Así que, aplicando la táctica del "mal menor", desde su punto de vista, ellos consiguieron que muriesen menos ancianos, enfermos mentales, personas impedidas, etc.
Fueron condenados.
Y con razón.
Añadiré una cosa: su punto de vista estaba confundido, por ser miope. No creo que salvaran a nadie, ni siquiera que consiguieran el mal menor. Soy creyente y sé lo que hace Dios con el testimonio y el sacrificio, aunque no se vea. Eran médicos; tenían, aún si cabe, mayor deber que cualquier ciudadano, de proteger a sus pacientes y negarse a colaborar como médicos en un programa de eutanasia. No sólo colaboraron, sino que fueron escándalo para otros compañeros y ciudadanos. Quizá otros que deberían haber visto en ellos un ejemplo, vieron lo contrario, y quién sabe las consecuencias buenas que habría tenido negarse.
Sí, tenían deber de negarse y afrontar las consecuencias, testimoniando a contracorriente el valor de la vida humana y el de su profesión de médicos.
¿Estaba en su mano salvar a algunos de la cámara de gas? ¡No, en realidad, no estaba en su mano! En eso se engañaban. Porque para hacerlo, tenían que hacer algo que no estaba bien: participar como médicos en un programa criminal, impropio de ellos.
¿Dónde está el error? En que el mal menor sólo es lícito cuando no existe otra opción y la elección es inevitable. Ellos tenían tres opciones: seguir en el programa y cumplirlo (matando a muchos), seguir en el programa e incumplirlo (matando a pocos), o negarse, aunque eso supusiera dar sitio a un nuevo médico que optara por cumplir el programa y matar a más. Como nunca es lícito hacer un mal para conseguir un bien (salvar a algunos) ellos deberían haberse negado a participar.
Y estoy seguro de que las consecuencias de su sacrificio, que era un bien posible, habrían sido mayores.
Con esto, no vieron otra cosa: que de todos los males, el mal mayor era que un médico aceptara participar en una selección de sus pacientes para matarlos. Personas inocentes e indefensas, que fueron asesinados con la complicidad de los médicos. Personas infinitamente valiosas, dignas y sagradas, tratadas y consideradas como cosas inútiles que se tiran a la basura.
Es una situación en la que actuar bien habría sido enormemente heroico, y no juzgamos a estos médicos que quién sabe lo que tuvieron que pasar, pensando en sus familias. Nosotros no estuvimos en su situación. Pero sus actos sí los podemos juzgar, y fueron malos e injustos, como se concluyó acertadamente en Nüremberg. Su aplicación del "mal menor" fue errónea y maquiavélica.
Medio millón de heroicos alemanes fueron encarcelados, torturados o asesinados durante el mandato de Hitler por oponerse a sus planes.
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